El gobierno indonesio se está esforzando por hacer del país uno de los mejores centros turísticos, no sólo para los viajeros sino también para aquellos que quieren invertir en el negocio del turismo de gama alta. Los inversores han comprado más de 100 islas en los dos últimos años, habiendo islas como Gili Sunut que han cambiado de dueño recientemente para allanar el camino para la construcción de un hotel de seis estrellas.
Las negociaciones entre el gobierno y las 109 familias que son los ocupantes originales de Gili Sunut han tomado sin embargo un giro interesante. Los activistas se han unido a los isleños para suspender su reubicación y hacer que el gobierno ponga fin a sus ambiciosos planes para la industria hostelera en la región, los cuales incluyen futuras estrategias para vender más islas de las 17.508 que tiene el país.
Según la Coalición Popular para la Justicia Pesquera de Indonesia (KIARI), se efectuaron desalojos en Gili Sunut en junio de 2013, y la isla pasó a manos de Ocean Blue Resorts, un consorcio de promotores inmobiliarios de Singapur. Aunque no están satisfechos con las compensaciones del gobierno, cada una de las 109 familias recibió entre 3 y 5 millones de rupias, el equivalente a 246 y 411 dólares respectivamente, además de un bungalow para satisfacer sus necesidades de alojamiento.
Una industria del turismo vibrante
Lombok se encuentra entre las islas en las que abundan las actividades turísticas. Los conglomerados indonesios como MNC han retirado sumas en torno a los 700 billones de rupias (54,4 millones de dólares) para la construcción de complejos turísticos híbridos en las islas. La construcción de un aeropuerto internacional en la zona también ha despertado más interés en el sector turístico, una tendencia que los habitantes locales de la zona y KIARI no aprueban, pues afirman que están arrebatando a los habitantes sus tierras ancestrales.
Entre las islas que han sido vendidas para alimentar el boom de la industria se encuentran Alor, Mentehage, East Nusa Tenggara, North Sulawesi, Maratua, Sebatik y las islas East Kalimantan. Independientemente de los beneficios a largo plazo, como el desarrollo de las infraestructuras y las oportunidades de trabajo, los expertos legales del país señalan que el boom está teniendo lugar en contra de la ley orgánica indonesia de 1945, la cual prohíbe la venta de las islas.
Adopción de las islas
Bajo el estatuto actual, es posible gestionar una isla durante un período de 50 años. Esta es una jugada legal para ayudar a atraer inversores y mejorar el sustento de los indonesios. La posición oficial del gobierno sobre la venta de las islas es que éste es el caso con Gili Sunut y las otras 100 islas que están actualmente en manos de inversores privados en la industria turística de Indonesia.
Los funcionarios del gobierno señalan que el alboroto es el resultado de la incapacidad de los lugareños de distinguir entre palabras como arrendamiento, adopción, venta, compra y gestión. Numerosos documentos de acuerdo firmados entre el gobierno y los inversores muestran que las islas no han sido vendidas, sino adoptadas por los inversores, dicen los funcionarios.
Ocean Blue Resorts, la empresa a la que se le adjudicó la licitación para dirigir Gili Sunut durante un tiempo de entre 30 y 50 años, va a inyectar hasta 120 millones de dólares en la economía de Indonesia. Esto es además de una cantidad no revelada de dinero que la empresa utilizó para asegurar el arriendo. Los optimistas creen por tanto, que aunque los lugareños pueden estar enfurecidos ahora, tienen la posibilidad de cosechar grandes cosas a medida que pase el tiempo y se anime el turismo en el país.