EL AIRE MALO EN TAILANDIA ESTÁ DEJANDO HUELLA

Larry Brain - Feb 9, 2025
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De entrada, parece que 57 de las 77 provincias se ven afectadas por un polvo ultrafino que, generalmente, ya no es algo nuevo. Una agencia del estado contó, a las 8 a.m., que 13 provincias llegaron a un nivel de alerta roja por PM2,5, lo que significa partículas de 2,5 micrómetros o menos; de hecho, los hoteleros al borde de la preocupación han empezado a actuar, aunque siempre han lidiado con este tema.

En enero, si te hubieras aventurado en Bangkok, habrías notado lo denso del aire, lo que complicaba actividades al aire libre de manera notable. Como consecuencia, varios cientos de escuelas se vieron obligadas a cerrar, confirmando que, en realidad, la ciudad se ha ganado un lugar entre las más contaminadas del planeta.

Hay momentos en que el aire de algunas provincias resulta casi irrespirable. Resulta curioso que provincias como Pattani, Yala, Satun y Phatthalung, seguidas de Narathiwat, Phuket, Songkhla, Trang, Lampang, Phayao, Phang Nga, Ranong, Surat Thani, Chiang Rai, Chumphon y Nakhon Si Thammarat, se ubiquen en lo peor del espectro, mientras que en lugares como Krabi, Lamphun, Chiang Mai y Mae Hong Son la calidad del aire se nota mejor –si bien siempre hay excepciones.

No resulta extraño que los hoteleros pidan al gobierno que trabaje con todos los involucrados, sobre todo cuando los costes de mantener un aire limpio para los huéspedes se disparan; algo que, en la práctica, afecta directamente al turismo. Por otro lado, algunos expertos señalaron que, durante la temporada alta, nadie ha cancelado reservas específicamente por culpa de la mala calidad del aire; esto se debe en parte a que la mayoría de los hoteles se empeñan en limpiar y revisar sus sistemas de aire acondicionado y purificadores, a fin de cumplir con los estándares de seguridad.

A pesar de los esfuerzos, es evidente que se requiere una reformita en la cadena turística para que los servicios sean más eco-amigables y se baje el nivel de contaminación, lo que, en general, supone un reto para todos. Así, el gobierno podría incentivar, de forma paulatina, a que el sector privado adopte vehículos eléctricos o métodos de transporte que, aunque a veces resulten caros, emitan menos carbono.

Algunos expertos agregan, quizá de forma algo insistente, que es urgente poner en marcha una Ley de Aire Limpio –y aplicarla con rigor en todos los frentes– para combatir el smog, problema que se extiende desde zonas turísticas hasta grandes urbes.

Por último, hay que recordar que el deterioro del aire no viene solamente del turismo; las fábricas instaladas cerca de ciudades como Bangkok también juegan un papel importante en esta problemática, lo que complica aún más la búsqueda de soluciones duraderas.

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