La automatización promete simplificar la experiencia del viajero en cada paso. Para el 2025, la IA estará a cargo de diversas tareas en tiempo real, permitiendo interacciones mucho más fluidas. Por ejemplo, plataformas al estilo de Expedia podrán coordinar con unos pocos clics un paquete completo que incluya hotel, transporte y actividades; o sistemas que gestionen respuestas automáticas en correos electrónicos, eliminando largas esperas y ayudando a resolver dudas rápidamente. Estos avances, aunque surgen de manera progresiva y a veces con pequeñas inconsistencias en su implementación, se esperan como un cambio sustancial que mejore el servicio a nivel global.
Finalmente, la analítica avanzada se perfila como la brújula para la toma de decisiones en turismo. Gracias a herramientas que recogen y procesan datos en tiempo real, las empresas podrán prever tendencias y ajustar sus ofertas incluso antes de que surja una demanda clara. Generalmente hablando, esto significa poder personalizar servicios y reaccionar de forma casi instintiva a los cambios en las preferencias, proporcionando una ventaja estratégica importante. Aunque implementar estos sistemas requiere una planificación cuidadosa, se espera que esta capacidad de análisis se convierta en el pilar fundamental para definir el futuro del sector.
En resumen, estas innovaciones en inteligencia artificial se integran de manera poco predecible y natural en el turismo, aportando un toque casi humano a la tecnología. Entre pequeñas imperfecciones y sorpresas en cada actualización, tanto viajeros como empresas están a punto de experimentar una transformación que, sin duda, marcará el inicio de una nueva era en la industria turística. Las empresas han aprendido a contestar de forma veloz las dudas de sus clientes. Por ejemplo, algunos hoteles ya utilizan chatbots que hablan varios idiomas y responden en el idioma nativo de los huéspedes, funcionando ininterrumpidamente – ¡las 24 horas del día y los 7 días de la semana! Esto, sin duda, ayuda a que los viajeros se sientan bien atendidos y, de paso, reduce los costes operativos en el sector turístico.