El sector del turismo de Kenia ha tenido su parte justa de problemas en los últimos años, ya que ha tenido dificultades para atraer a los turistas y luchar contra su imagen negativa. Hay una necesidad innegable de recuperación del país tras un número pobre de visitantes y una serie de advertencias de seguridad contra Nairobi y Mombasa, ciudades que una vez fueron destinos clave para los turistas pero han estado en declive constante desde hace varios años luego de numerosos ataques, y esto ha llevado a la Junta de Turismo de Kenia a la implementación de medidas de emergencia para mejorar la economía del turismo. La creación de una mejor imagen es un aspecto, pero hay un enfoque aún mayor en los impuestos.
Al reducir los impuestos y mejorar la percepción del público, se espera que la industria turística del país se recuperará.
Los impuestos han sido una parte importante del problema, con las tasas de aterrizaje en los aeropuertos principales y los precios al alza en algunos de los parques más exclusivos de Kenia en 2013 como principales ejemplos que están desalentando a visitantes e inversores, aunque las autoridades locales están retractándose en algunas de estas medidas para reducir costes y poniendo más dinero en estos aeropuertos para futuras ganancias. Las cuotas de inscripción para Amboseli y Parques Nakuru han sido reducidas, los precios han disminuido de $90 a $80, las tasas aeroportuarias se reducen y - desde el 29 de mayo - todos los billetes de avión vendidos por las agencias de Kenia estarán libres de IVA. Los honorarios del aeropuerto de Mombasa se están reduciendo en un 40% y del de Malindi en un 10%, sin embargo, también se ha aprobado la financiación para llevar al aeropuerto de Malindi las normas internacionales por lo que puede alojar aviones más grandes y más vuelos directos. Malindi es una localidad costera clave, pero la falta de acceso directo es problemática. Con estas medidas, junto con una campaña mediática online para el mercado europeo que estará en funcionamiento en cuestión de unas pocas semanas, parece que las autoridades de Kenia están sacando el máximo de los recursos en el país y fuera de él, para combatir realmente la imagen de una nación peligrosa y atraer más negocio.